Desde el momento en que nacemos, nuestra piel emprende el viaje al envejecimiento, sin embargo no es hasta, aproximadamente hasta los 20 años, cuando comienza a mostrar los primeros signos de la edad.
Si queremos que la piel joven y sana más tiempo, la solución está en nuestras manos. Aquí te enumeramos los 7 enemigos principales de la piel, que es aconsejable evitar.
1.- EL SOL:
El daño causado por los rayos UVAS del sol se denomina: "Foto envejecimiento" y afecta principalmente a la epidermis, que aumenta de grosor, sufre de sequedad y descamación y la células responsables de la renovación de la piel pierden efectividad. El grado de intensidad del daño solar dependerá del tipo de piel y de la exposición al sol. Evita estas consecuencias usando protectores solares.
2.- EL TABACO:
Otro terrible enemigo que hará que tu piel disminuya la cantidad de nutrientes y oxigeno, luciendo una apariencia sin vida y apagada. Además el tabaco genera los radicales libres que debilitan el colágeno y la elasticidad de la piel, acelerando el proceso de envejecimiento. Entonces, es preciso dejar de fumar rápidamente.
3.- EL STRESS Y LA FALTA DE SUEÑO:
Las preocupaciones, el nerviosismo, y la falta de sueño pueden provocar en tu piel la aparición de granos, exceso de grasa, sensibilidad, sequedad y perdida de luminosidad, Un sueño reparador (8 horas) es esencial para que la piel descanse y tenga tiempo de regenerar las células que la permiten rejuvenecer.
4.- LA CONTAMINACIÓN:
Este terrible factor afecta también a tu piel, cerrando tus poros y acumulando la suciedad de manera excesiva. Además, influye en la aparición de arrugas, imperfecciones, deshidratación y pérdida de elasticidad.
5.- LAS EXPRESIONES FACIALES:
Se calcula que alrededor de las 15,000 expresiones faciales que realizamos a lo largo del día pueden afectar negativamente a tu piel, ya que los músculos faciales hacen que las fibras de la piel se debiliten, provocando a la aparición de finas lineas de expresión que con el tiempo se convierten en surcos y arrugas.
6.- UNA MALA ALIMENTACIÓN:
Somo lo que comemos, es decir, en gran medida la alimentación influye en nuestra piel. Evita, entre otros, las grasas saturadas, el exceso de azúcar, el alcohol y la cafeína ya que generan radicales libres y aceleran el envejecimiento de la piel y por lo tanto, las ¡temidas arrugas...!
7.- LA POSICIÓN DE DORMIR:
La postura que adoptamos en la cama a la hora de dormir puede contribuir a la presencia de arrugas en determinadas zonas de nuestra piel. Si habitualmente duermes de lado, las arrugas tienden a acomodarse en la barbilla y mejillas. Si, por el contrario, duermes boca abajo, notarás líneas en la frente. Duerme boca arriba para evitar que ninguna parte de facial de tu piel se arrugue contra la almohada.